Libros y evolución
Algo
que distingue al ser humano de cualquier otra especie es la cultura: esa
herencia extrasomática que se suma a nuestro patrimonio genético y aumenta
nuestra capacidad de adaptarnos al entorno y sobrevivir.
El primer paso en su surgimiento fue el lenguaje simbólico,
que nos permitió compartir nuestras experiencias, ideas y aprendizajes. El biólogo’
inglés Richard Dawkins ha llamado “memes”
a estos fragmentos de información que pueden transmitirse de un cerebro a otro.
Al hacerlo van a cambiando, seleccionándose y adaptándose, en un proceso evolutivo muy
similar al de los genes.
El segundo gran hito fue la escritura, que nos permite plasmar
esa herencia cultural y conservarla para que perdure y se enriquezca de generación
en generación. A través de la escritura,
los memes pueden sobrevivir fuera de nuestro cuerpo.
La invención de la imprenta de tipos múltiples por Gutenberg,
alrededor de 1440, hizo posible la tercera revolución en la historia de la
cultura: el libro como producto masivo. Ahora
las ideas se podían difundir con fidelidad y de manera amplia y duradera. Los libros han sido los más eficaces vehículos
para la supervivencia, diseminación y reproducción de memes.
Hoy se habla de cómo la revolución digital pone en riesgo al
libro de papel. Y es cierto. La posibilidad de almacenar digitalmente un texto,
con su diseño, tipografía e ilustraciones, para leerse en una pantalla, ahorra
el carísimo proceso de impresión. La competencia entre libros de papel y electrónicos
es muy desventajosa para los primeros.
Si añadimos el costo de distribución y venta, que internet
evita, no extraña la actual crisis de la publicaciones en papel. Periódicos y revistas de todo el mundo ya la
resienten: muchos han quebrado, o cancelan su impresión en papel para mudarse al
ciberespacio. Los libros de consulta, como enciclopedias y diccionarios, están en
vías de desaparecer para ser sustituidos totalmente por versiones virtuales.
Para el libro es solo un paso en un proceso de evolución
que, de pictogramas en cavernas, jeroglíficos en tablillas de barro y grabados
en roca ha pasado a símbolos escritos con tinta en papiro, pergaminos y
finalmente papel. Un nuevo cambio de soporte no tiene por qué ser dañino.
Y los libros de papel siguen teniendo muchas virtudes. Además de ser prácticos, cómodos y bellos, son mucho más
durables que los electrónicos: hay volúmenes impresos por Gutenberg que se conservan
perfectamente. La tecnología, en cambio, es voluble y varia sin cesar. El libro
impreso es un invento tan perfecto que resultara muy difícil que sea sustituido
por completo por pantallas.
Y al final, los libros ―impreso o digitales―son
sólo medios que los memes usan para sobrevivir, propagarse y seguir así
colonizando más cerebros.